El Nobel de Literatura a Dylan ha sido una sorpresa general. No estaba en las quinielas de los que saben de LITERATURA (con mayúsculas). Controversia de los “puristas” que afirman que los textos de Dylan no son literatura.
En la prensa, radio, televisión… montones de comentarios improvisados, colecciones de tópicos… periodistas de Wikipedia.
Aquí te ofrezco una pequeña muestra del nivel de los comentarios: «Obligación de la Academia Sueca a justificarse»… «trovador»… «poeta torrencial, maestro del caos»… «apertura de la puerta al cielo literario»… «fin de la literatura»… «ejemplo moral»…
Desde su trono olímpico, Vargas Llosa se suma a la polémica efectuando estas declaraciones en Burgos el 19 de octubre: “La sociedad está marcada por el espectáculo, también en la cultura y la política, algo que ha llegado hasta la Academia Sueca. Lo que lleva a preguntarse si el año que viene le darán el premio a un futbolista”. El 27 de octubre en Berlín continúa con las declaraciones: “La concesión del Nobel a Dylan es una frivolización de la cultura” y lo confirma con un confuso razonamiento: “El premio Nobel debe ser para una obra literaria de calidad y reconocida para una que tenga calidad y que no sea tan conocida y, así, el premio le ayuda a lograr reconocimiento. Debe ser un premio para escritores y no para cantantes”.
