Cuando comenté el libro de Eliano, De Natura Animalium, ya te hablé de algunas de las cosas que hacen los animales. Veamos ahora lo que cuenta Heródoto (c. 484 a.c. – 425 a.c.) en su Historia. Libro II Euterpe. LXXV.
“Por su parte, la forma de la serpiente alada es muy similar a la de agua y las alas que lleva no tienen plumas; más bien vienen a ser muy parecidas a las alas del murciélago”…”y se cuenta que, con la primavera, las serpientes aladas emprenden, desde Arabia, el vuelo en dirección a Egipto. pero los ibis les salen al paso en la quebrada de la mencionada zona y no dejan pasar a las serpientes, sino que las matan. Los árabes aseguran que por este servicio es por lo que el ibis recibe de los egipcios gran estimación y los propios egipcios reconocen que esa es la razón de que estimen a esas aves”.
Esto es maravilloso; los ibis y las serpientes voladoras en combate aéreo, como la RAF y la Luftwaffe en la Batalla de Inglaterra. Como puede haber lectores escépticos, Heródoto hace una afirmación contundente:
“En Arabia, por otra parte, hay cierto paraje situado, poco más o menos, frente a la ciudad de Buto y a ese lugar me dirigí para informarme sobre las serpientes aladas. Al llegar vi huesos y espinazos de serpientes en una cantidad imposible de especificar, había montones de espinazos de diversos tamaños; grandes, medianos y también pequeños, pero todos ellos en gran cantidad. Pues bien, ese paraje en que están amontonados los espinazos, es como sigue; se trata de una quebrada angosta que, desde unos montes lleva a una gran llanura, llanura que confina con la de Egipto”
Vamos a ver…¿Heródoto vio lo que cuenta o no lo vio? y si lo vio …¿qué es lo que vio?
Título: Historia
Autor: Heródoto
Editor: Cátedra
Páginas: 936
Idioma: Español
ISBN-13: 978-8437617114
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